martes, 15 de mayo de 2012

Aleppo, Halab, capital del norte de Siria



Conocida como Halab en árabe, se disputa con Damasco y Hama el ser la ciudad más antigua ininterrumpidamente habitada del mundo, hecho que da una idea de su gran importancia histórica.



Aleppo, es la segunda ciudad más importante de Siria cuya ciudad vieja, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986. Ciudad prospera y tradicional, Aleppo fue capital del reino de Yamkhad a principios del II milenio antes de C. Desde la época romana la ciudad fue un importante centro comercial entre el Lejano Oriente y la cuenca mediterránea.



Durante la Edad Media Aleppo fue sede de colonias de mercaderes occidentales como: venecianos, genoveses y catalanes.



En la actualidad la ciudad retiene todavía mucho de esta actividad comercial y sigue conservando un fabuloso conjunto de zocos, un complejo laberíntico de callejuelas cubiertas que se extiende por más de 13 kilómetros, con no menos de 20.000 comercios, con caravansares (khans), bimaristan (asilos), madrasas (escuelas coránicas), y hammams (baños públicos). Un verdadero sueño para los sentidos.

La Ciudadela (siglos XI al XVI):

Sobre una pequeña colina, utilizada con fines defensivos desde la Edad de Bronce, se eleva la espectacular Ciudadela de Aleppo.



La ciñen murallas imponentes guarnecidas por torres y protegidas por un profundo y ancho foso. Se accede por una compleja entrada formada por dos puertas unidas por un puente para salvar el desnivel del profundo foso; sólidas estructuras repletas de matacanes sostenidos por poderosas ménsulas de modillones, paneles de decoración y bellas inscripciones cúfica.


Esta magnífica Puerta de la Ciudadela de Aleppo, obra maestra de la arquitectura islámica, fue erigida a principios del siglo XIII por el soberano ayyubí al-Malik al-Zahirb y en ella se pone de manifiesto la unión entre las tradiciones locales, las enseñanzas iránicas y la arquitectura de los Cruzados.



Su interior alberga una mezquita dedicada a Abraham construida sobre los restos de una iglesia bizantina, restos de una Gran Mezquita (construida por el hijo de Saladino) y del palacio ayyubí, un espléndido baño mameluco del siglo XIV, recientemente restaurado, el Salón del Trono del siglo XV, cisternas, graneros y mazmorras; vestigios de sus diferentes ocupantes ayyubíes, mamelucos y otomanos a lo largo de los siglos.






Por último, hay que destacar las magníficas vistas de Aleppo desde lo alto de la magnífica ciudadela.

Gran Mezquita Omeya

La mezquita de Aleppo fue construida a principios del siglo VIII por los omeyas sobre la catedral bizantina, sin embargo incendios y terremotos han impedido que aquella obra omeya, que según los textos rivalizaba en belleza con la de Damasco, haya llegado a nuestros días; hoy tan solo su planta habla de su origen omeya.


La mezquita actual data de los siglos XII y XIII, y se debe a la reconstrucción total hecha bajo el reinado de Nur al-Din en 1158 y a una restauración mameluca realizada después de la invasión mogol en el año 1260. El elemento más llamativo es su esbelto alminar construido a final del s. XI por orden del sultán selyúcida Tutush y que milagrosamente ha llegado hasta nuestros días.  Detrás de la mezquita se encuentra la madrasa Halawiyya, construida sobre los restos de la catedral bizantina de Aleppo.

Museo Arqueológico Nacional

La visita del museo de Aleppo es un agradable paseo por la historia de Siria desde el paleolítico a la época islámica. Aquí se pueden encontrar maravillosos testimonios de civilizaciones milenarias como la de Mari, Ugarit, Ebla, Tell Halaf, etc. Esta última aparece en la entrada del museo en forma de bella recontitución de la entrada del palacio-templo de Tell Halaf: las estatuas de basalto de tres divinidades transportadas por sus animales tótem, mientras que las esfinges de los lados adornaban las jambas de la puerta.



Pero el museo rebosa de piezas y estauas encontradas por las misiones sirias y extranjeras en la rica región de Aleppo, sembradas de yacimientos arquelológicos de una importancia capital de todas las épocas, así como de la famosa región de la Mesopotamia siria (Al Jazira). A destacar: la exquisita colección de objetos de la antigua ciudad de Mari, en el Eufrates medio, de la cecana Ebla (una ciudad del IV milenio a.C.), de Ugarit (la cuna del primer alfabeto) y de los restos de la basiíca bizantina de San Simeon el Estilita y del resto de las llamadas " ciudades muertas" que hay en el nonoeste de Siria.

Los Zocos de Aleppo

En tiempos mamelucos surgieron al pie de la Ciudadela diferentes bazares destinados a la soldadesca. Con el paso del tiempo este espacio se convirtió en un recinto con puertas que se cerraban durante la noche; eran puestos permanentes - tiendas, celdas o arcadas- que pagaban impuestos y se agrupaban en función del tipo de bienes (libros, joyas, perfume, tejidos, especias, alimentos), u oficios y servicios (carpinteros, curtidores, tintoreros…) que ofrecían.




Los productos procedentes en su mayoría de tierras lejanas llegaban en grandes caravanas, cuyos hombres, mercancías y bestias necesitaban albergue, y para ellos se construyeron numerosos khans o caravansares.



Así se forjó el Zoco de Aleppo, de abigarradas tiendas y estrechas calles abovedadas con laberinto de aproximadamente 13 kms. Su planta ortogonal, con calles orientadas de Este a Oeste que se cruzan con otras de Norte a Sur, y su arquitectura sobria y homogénea lo convierten en uno de los grandes atractivos de Aleppo.

Barrio de Jdeideh (el nuevo):

Es un barrio que goza de una importante presencia cristiana: comunidades católicas, siriacas(sirias), ortodoxas y, desde el genocidio de 1915, armenia que han sido reagrupadas en su momento por los otomanos, al noreste de la Torre del Reloj.



Es un encantador laberinto de sinuosas calles muy bien conservadas y cerradas al tráfico y flanqueadas por suntuosas mansiones edificadas en siglos pasados por acaudaladas familias de comerciantes, y hoy casas particulares, escuelas, orfanatos y lujosos hoteles y restaurantes.



Entrar en este barrio de Aleppo es asomarse a un mundo mágico, donde gruesas puertas y elevados muros de piedra ocultan alegres patios.

Entre las iglesias y catedrales de la zona destacan:
Iglesia Católica Siria de Mar Assia Al Hakim (1625).

Iglesia Ortodoxa Griega del siglo XIX (Haret al-Yasmin).




La catedral Armenia Greco-ortodoxa de los cuarenta mártires del s XVII (Haret al-Yasmin) y Memorial del genocidio de 1915. Conserva una bella colección de iconos. sobre todo uno realizado en Aleppo pintado por Nematullah, del año 1708.

La catedral maronita de San Elías (Shaahat al farhat): Sustituyó en el s XIX a la iglesia más antigua de Aleppo consagrada en 1873 y cuyo patio yace el monumento al patriarca maronita Youssef Farhat(1670-1732). La iglesia tenía dos torres y una alta bóveda.


Iglesia católica griega obispado griego-católicos XIX (Saahat Farhat).



El nostálgico Hotel Baron

Cuando fue inaugurado en 1911, el Hotel Baron era el establecimiento más lujoso de Aleppo y, muy probablemente, de Oriente Próximo.





Es imposible resistirse a la tentación de tomarse una cerveza sentado en una de esas butacas en las que estuvo: Agatha Christie, T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia), el Rey Faisal, Kemal Ataturk, Gagarin, Churchill, el rey Gustavo Adolfo de Suecia, Roosevelt o cualquiera de tantos jefes de Estado, miembros de la realeza y aventureros que se apoyaron en su barra para charlar sobre lo visto y vivido.



Además todavía se puede visitar la estación de ferrocarril donde comienza una de las novelas de la genial Aghata Christie, “Muerte en el Oriente Express”.




La Tradición musical de Aleppo


Los habitantes de Aleppo han sido siempre amantes del cante y de la música. Desde el siglo XVI, la vieja rival de Damasco donde también hay buenos intérpretes musicales, ha fijado los cánones de la tradición musical melódica árabe.




Situada en la confluencia de las grandes rutas comerciales, Aleppo o Halab fue un gran centro comercial del Imperio Otomano recibiendo influencias llegadas desde Baghdad, Isfahan, Samarcanda, la India y China. Las caravanas eran como ciudades en movimiento con sus músicos que animaban las largas travesías y que además tocaban al llegar a los caravansares (posadas de caravanas).



Cabe destacar Sabri Moudallal, el más importante solista que interpreta algunos viernes (consultar) en la Gran Mezquita de Aleppo los cantos clásicos de Muwashahat y Sabah Fakhri, el más célebre aw'wad (tañedor de laúd) que ante un público extasiado por el sonido (el tarab) recita poemas del siglo XII que logran muchas de las veces arrancar las lágrimas de los asistentes.